Sentirse menos: consejos para mejorar la autoestima en tiempos de crisis

Todas las personas tenemos un autoconcepto que implica cómo me pienso, cómo me veo a mí mismo, en qué soy fuerte y en qué soy débil. Dicho concepto personal genera una autoestima que consiste en reconocer cómo me siento de acuerdo a cómo me veo.

Estilo de vida22 de agosto de 2020Franco CenturiónFranco Centurión
lucha-contra-la-sequia

Mi manera de pensar y de verme a mí mismo, a mí misma, determinarán cómo me siento, si con una estima elevada o con baja estima.

La estima es la plataforma de todo aquello que deseamos construir. Porque cómo nos vemos y cómo nos sentimos lo trasladamos a todos los ámbitos: la pareja, el trabajo, los vínculos familiares y de amistad, etc.

¿Qué significa tener una buena estima?
Todos disfrutamos de aspectos positivos. Es decir, de virtudes o fortalezas. Por ejemplo, soy perseverante, miro hacia adelante, atravieso los obstáculos, etc. Pero también tenemos debilidades. Todos hacemos ciertas cosas bien y otras, no tan bien. Todos venimos "fallados de fábrica". Entonces, ¿qué significa tener una mala estima? No ser capaz de ver mi totalidad, asumiendo alguna de estas dos características:

 Oculto todo lo malo y solamente veo lo bueno de mí. A esta actitud se la conoce como "narcisismo". El narcisista ve lo bueno, pero no ve lo malo lo cual proyecta en los demás: "Vos te equivocaste, vos tenés errores; vos no servís para nada", entre otras expresiones. Es alguien con un "yo a flor de piel". Una persona totalmente centralizada en sí misma. Por lo general, se considera que posee buena estima, pero en realidad no es así. Solo tiene un "yo aumentado". Como la persona que tiene el síndrome de Papá Noel y siente que todo lo puede, que es omnipotente, y les da a todos, pero a ella nadie la asiste nunca.
Oculto mis fortalezas y solo veo mis debilidades. Entonces, pienso que no sirvo, que soy un "felpudo", que soy víctima de todo y de todos. De este modo, también me veo parcialmente.

 En cambio, cuando nuestra estima es buena, tenemos la capacidad de vernos en totalidad. Es cuando logro ver mis fortalezas y mis debilidades, es decir, en qué soy bueno y en qué, no. Es importante ver las debilidades propias porque esta actitud nos brinda la posibilidad de gestionarlas, de decir: "No sé, enseñame, ayudame".

Alguien con una estima saludable reconoce: "Esto lo sé; esto, no", lo cual le permite gestionar sus puntos débiles. Reconocer mi vulnerabilidad hace que la pueda mejorar para que se termine convirtiendo en fortaleza. Cuanta más perspectiva tenga al verme, mejor me sentiré.

La estima nunca se forma de afuera hacia adentro, sino de adentro hacia afuera. Es una construcción interna, una totalidad que muchas veces es difícil de percibir porque, en realidad, es la suma de cómo nos vieron otros -papá, mamá y demás personas significativas- y de cómo nos vemos a nosotros mismos. Si cada vez que pienso en una fortaleza, pienso también en una debilidad y viceversa, me percibiré en una totalidad y dejaré de buscar resolver mi estima a través de la validación externa. Cuando uno se para solo en su omnipotencia -"yo todo lo puedo"-, sufre. Y, si solo veo mi debilidad, tampoco podré construir mi estima.

Defectos y fortalezas
La mayoría de nosotros tenemos muy presentes nuestros defectos; no así nuestras fortalezas. Creemos que reconocernos es una señal de narcisismo. Pero, cuando yo puedo verme con honestidad, puedo aceptarme tal y como soy.

Por: Bernarno Stamateas

Te puede interesar
Lo más visto
esperanza-4.2

La verdadera plenitud: ¿Cómo la experimentamos?

Redacción Identidad
Reflexiones08 de junio de 2025

El anhelo de nuestro corazón de ser amados es muy profundo. El pensamiento de que el éxito profesional es lo que te da estabilidad personal y por consiguiente, felicidad, está más distante de la realidad. La mentira de que tu paz mental y emocional es lo único que realmente cuenta, es una filosofía que está muy lejos de ser verdad.